Para el Observatorio de la Democracia Iberoamericana es obligatorio presentar las siguientes observaciones de lo ocurrido en el sistema político español, con ocasión de la investidura del candidato a la presidencia del Gobierno para el periodo 2023-2027.
No somos una organización política, por tanto, no nos manifestamos en favor o en contra de las posiciones políticas e ideológicas de las partes. Nos preocupan los impactos negativos, los costos institucionales que pueda tener sobre la democracia española, la elección por el Congreso del presidente del Gobierno. Cumplimos, así, con nuestro fin de observar, analizar, alertar y recomendar.
Nuestro objetivo es llamar la atención sobre lo que consideramos señales de alarma temprana para la democracia, visibles en los últimos tiempos y agudizadas en la reciente coyuntura. Algunos pueden ver lo ocurrido como un ejercicio de la democracia. Lo es. Sin embargo, a veces, el ejercicio democrático polarizado, divisivo, puede derivar en menos democracia, o puede trascender las fronteras de la democracia misma. El Observatorio alerta acerca de los hechos que constituyen peligros este sistema que, a veces, los actores no valoran suficientemente.
Nos inquietan varios aspectos, evidenciados en el proceso de elección, desde los comicios hasta la sesión de investidura del día 15 de noviembre de 2023, pero sobre todo la división, aparentemente profunda, de las élites políticas estratégicas de la democracia española, en las cuales se fundamenta el sistema político y que deben tener una verdadera vocación de Estado, más allá de sus intereses partidistas. Esa “grieta” aún persiste y amenaza con ampliarse.

Esta división lo observamos en algunos hechos fundamentales, como son:
- La polarización de la política entre bloques ideológicos atrincherados en sus posiciones, con riesgo de aparición de una dinámica de enemigos políticos irreconciliables. La lógica amigo-enemigo en política llevó a la ruina a algunas democracias.
- De esto se deriva un alejamiento pronunciado entre los partidos vertebrales del sistema político, esto es, Partido Socialista Español (PSOE) y Partido Popular (PP). Los llamados partidos de Estado, parecen divididos en asuntos fundamentales lo que puede permitir el avance de adversarios de la democracia. Sin duda, los demás partidos son importantes, pero la mayor responsabilidad recae sobre los partidos más votados por el electorado, los más representativos de los ciudadanos españoles.
- Hay un uso cada vez más frecuente de descalificaciones mutuas que llega incluso a un trato denigrante entre políticos, lo que refuerza la división partidista. El conflicto desmedido entre dirigentes y partidos permitió la quiebra de democracias en Europa y en Latinoamérica.
- La consecuencia de esta profunda división de las élites políticas estratégicas puede ser la formación de un Gobierno con una débil base política, que pueda quedar en minoría en cualquier momento, debido a cambios en las alianzas de partidos, lo cual podría generar distorsiones e inestabilidad institucionales.
- Nos preocupa la extensión del conflicto político al sector judicial, a la calle, a los medios de comunicación de masas y a los militares retirados. El primero evidenciado en pronunciamientos de jueces y fiscales sobre la investidura, y las controversias acerca de la renovación del poder judicial, lo que afecta la independencia de los poderes públicos. El segundo en la protesta que, si bien es un derecho constitucional, sus contenidos expresan la polarización existente entre los partidos. Los choques entre policías y manifestantes y la represión policial alarman por la posibilidad de que surja una dinámica de violencia. El tercero expresado en los ataques a los medios de comunicación visto en algunas de las manifestaciones y, el cuarto, en forma de comunicado a la opinión pública de un grupo de militares retirados.
Por último, sugerimos, con el debido respeto a la política española, buscar la manera de disminuir el alejamiento entre los partidos fundamentales del sistema político, lo que equivale a decir, buscar la manera de acercar posiciones. Sabemos que es muy difícil, pero no hay otro camino. Cuidemos la democracia española.
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